Ya han pasado cuatro años y aún recuerdo, sin poder evitar una sonrisa, la primera vez que me invitaron a La Lobera. Por aquellos entonces aún no tenía nombre esa reunión, ahora de sobra conocida en el mundillo de la romántica; un chat en el que se reunían una serie de amigas con una afición común y que, casi si darse cuenta, fueron haciendo de su hobbie una profesión. La primera en dar aquel paso fue Raquel Barco, más conocida como Jezz Burning quien, gracias a su buena plum