Por fin, como cada año después de la visita de los Reyes Magos, los españolitos de a pie regresamos a nuestra rutina llenos de buenos propósitos que, juramos y perjuramos, este año haremos realidad. Y yo, como no podía ser menos, también los tengo y prometo ponerme a ello con la mayor de las ilusiones. Porque, hay que ver, el buen humor del que hago gala con la que nos está cayendo encima... Claro que, puesto que de nada sirve lamentarse ni quejarse, prefiero afrontar este nu